Un TEXTO ARGUMENTATIVO es aquel que intenta, a través de un diálogo o escrito, convencer, modificar o, en ocasiones, reforzar la opinión del receptor o destinatario mediante razones que sean aceptables, fuertes y capaces de resistir las razones en contra (contraargumentos o refutación). Los elementos relacionados con esta interacción son los siguientes:
El
propósito de convencer por parte del emisor implica reunir estrategias para
cambiar la opinión o postura del receptor acerca de determinado tema. En sí
utiliza argumentos que están constituidos por un conjunto de
proposiciones como las premisas con las que se apoya para que acepten la
conclusión (idea que quiere que acepten).
Premisa
1
|
Premisa
2
|
Premisas…
|
Conclusión
|
Premisa 1) Todos los filósofos son personas reflexivas
Premisa 2) Nietzsche fue un filósofo
|
Conclusión Nietzsche
fue una persona reflexiva
|
Para saber más sobre argumentación se pueden revisar las
siguientes ligas: http://www.conocimientosfundamentales.unam.mx/vol2/filosofia/anexo/t01/0102.html
Construir argumentos en la vida real es muy útil; de hecho
lo hacemos diariamente sin saberlo. Sin embargo, quizá no lo hacemos de una
manera organizada y clara. Por tal motivo, es necesario utilizar una
metodología como la que sigue:
Paso 1. Elegir un tema. Para hacerlo se busca un concepto para que no
afirme ninguna idea, por ejemplo: La educación en México. La evaluación
formativa. El maíz transgénico, etc.
Paso 2. Plantear un problema sobre el tema. El planteamiento se hace
mediante una pregunta que espere una opinión como respuesta.
Paso 3. Se plantea la tesis (o conclusión) que se quiere defender. Es
decir, se escribe la respuesta a la pregunta según sea la postura personal.
Se debe vigilar que sea una afirmación clara, directa, creíble, pertinente y
defendible.
Paso 4. Se aportan las razones
(o premisas) que apoyan a favor de la hipótesis o tesis. Las razones también
deben ser verdaderas, pertinentes, suficientes y claras.
Paso 5. Se elabora el argumento completo. Se eligen las mejores razones que apoyen a
la tesis o conclusión y se escriben de manera clara y coherente. Después se
agrega la conclusión precedida por el símbolo o por la frase “por lo tanto”.
|
Otro elemento importante relacionado con la argumentación es
el establecimiento de ideas contrarias a la propia. Se refuta un argumento
cuando se ofrecen razones para demostrar la falsedad de una proposición que
forma parte de él, que puede ser la premisa o la conclusión. Esta refutación no
se plantea sólo con decir que están mal o son falsas las ideas de los otros;
hay que ofrecer razones sólidas que las debiliten, contradigan o hagan evidente
sus errores argumentativos.
En sí un argumento sólido debe reunir las siguientes
propiedades: verdad, relevancia y suficiencia:
Grados de apoyo de las premisas a la
conclusión
Nulo
|
Débil
|
Fuerte
|
Contundente
|
Cuando la premisas son falsas e irrelevantes para la conclusión.
Incluso, si las premisas ofrecidas fueran verdaderas, pero son irrelevantes,
entonces, no proveen ningún tipo de soporte a la conclusión.
|
Si las premisas ofrecidas fueran verdaderas y relevantes, entonces,
éstas proveen un mayor apoyo a la conclusión, pero puede no ser el suficiente
para justificar la aceptación de la verdad de la conclusión.
|
Si las premisas son verdaderas y relevantes, la conclusión tiene un
alto grado de probabilidad de ser verdadera, a pesar de que no tenga el 100%
de garantía, pues el soporte o apoyo que ofrecen es suficiente para
sustentar la conclusión
|
En este caso no hay manera imaginable de suponer que haya premisas verdaderas y relevantes que a su vez nos lleven a una conclusión falsa. En este caso la verdad de las premisas garantiza necesariamente la verdad de la conclusión. |
Lo contrario a los argumentos sólidos son los errores de la
argumentación, las llamadas “falacias”.
Son argumentos que parecen correctos aunque no lo son. Pretenden ser válidos pero no lo son porque
no proveen un apoyo sólido para inferir la conclusión, y sin embargo tienen la
virtud de ser psicológicamente persuasivos.
Debido a la diversidad de falacias y el parecido entre ellas
en algunos casos, es muy importante asumir una actitud crítica para poder
identificar estas falacias y así evitar ser engañados o también para tener los
argumentos adecuados para refutarlas
cuando las escuchen o lean en algún texto
Las falacias se dividen en formales e informales. Las
primeras son las que pueden escribirse a través de símbolos y se utilizan en la
asignatura de Lógica. Las informales, por el contrario, son argumentos
incorrectos más complejos que se utilizan en diálogos cotidianos.
Ejemplo de premisa que NO es
relevante para la conclusión expresada:
La secretaria de la empresa es
muy eficiente porque se llama como mi madre.
Ejemplo de premisa relevante para
apoyar a la conclusión:
La secretaria de la empresa es muy eficiente porque habla varios idiomas
y tiene amplios conocimientos sobre administración de oficinas.
Para saber algo más sobre falacias revisa las siguientes ligas:
La argumentación es valiosa no sólo para nuestra vida
académica, sino también para las decisiones que tomamos a diario. Básicamente
cuando se argumenta existe la intención de convencer, persuadir o demostrar al
receptor para que acepte o piense lo que el emisor desea. Para esto utiliza proposiciones como la
tesis, las premisas y la conclusión ya sea de manera escrita o en un encuentro
directo como lo es el debate.
En la siguiente liga se puede ver un texto que tiene los
elementos de la argumentación y de la refutación:
El debate es una
de las diversas situaciones comunicativas que se establecen según las
necesidades individuales o sociales que tienen las personas. El diálogo
cotidiano es la manera más tradicional que se utiliza, sin embargo, si se tiene
el propósito de convencer a otros o de defender una postura el debate racional
es el adecuado.
Éste se define por ser un diálogo regulado por reglas
procedimentales en las que se establecen los términos en los que deben
intervenir los interlocutores. Por ejemplo el tiempo, el orden de participación
o el número de participantes.
Reglas generales del
debate:
1. Dos personas no pueden
hablar al mismo tiempo.
2. Una sola persona no
puede intervenir por largo tiempo, impidiendo la participación de los demás
debatientes.
3. No se puede participar
en un debate si no se tiene preparación sobre el tema a discutir, ya que no se
puede improvisar.
4. El debate es un diálogo
que se genera a partir de puntos de vista contrapuestos, de tal manera que si
dos personas opinan lo mismo sobre un asunto determinado, pueden dialogar,
conversar, pero no pueden debatir.
Cómo preparar un debate:
1. Definir el tema sobre
el cual se plantearán dos posiciones, una que esté a favor del tema propuesto y
otra en contra.
2. Nombrar los participantes
del debate y designar quiénes defenderán el tema y quiénes estarán en contra.
3. Nombrar a una
moderadora o moderador que dirija el debate.
4. Determinar la
estructura del debate, por ejemplo, cuánto durará la intervención de cada grupo
(de tres a cinco minutos); quién comenzará exponiendo, si el grupo propositivo
o el contra propositivo, etc.
5. Cada grupo o
participante, puede preparar material gráfico para ilustrar sus opiniones.
6. Una vez finalizado el
debate, el auditorio presente puede hacer preguntas respetando los turnos para
cada participante.
Videos sobre argumentación y debate:
E
Muy bien.
ResponderEliminar